Semana Nacional de Migración

 

La semana del 8 al 14 de enero marca la Semana Nacional de Migración. Es un tiempo para reflexionar sobre nuestro camino como inmigrantes o hijos de inmigrantes, enfocándonos en aquellos que son indocumentados.

El año 2011 fue un año lleno de esperanzas y luchas por la comunidad inmigrante. La reforma migratoria y otras iniciativas nunca dieron fruto, y aún así nuestra comunidad sigue esperanzada. Tuvimos pequeñas victorias a nivel local en diferentes estados y los esfuerzos nunca cesaron. Y es algo que todavía necesita celebrarse.

Ahora que comienza el año 2012, y al celebrar la Semana Nacional de Migración, podemos reflexionar lo que significa ser un inmigrante en este país y, a pensar especialmente en aquellos que carecen de documentación legal.

En referencia a la Semana Nacional de Migración, los obispos hispanos de los estados unidos escribieron una carta a los inmigrantes reconociendo sus contribuciones y sus diarias batallas:

“Estamos también muy conscientes del dolor de las familias que han sufrido la deportación de alguno de sus miembros; de la frustración de los jóvenes que han crecido en este país y cuyos sueños son truncados por su estatus migratorio; de la ansiedad de aquellos que están en espera de la aprobación de su petición de residencia permanente; y de la angustia de quienes viven cada día bajo la amenaza de ser deportados. Todas estas situaciones claman a Dios por una solución digna y humana”.

Este mensaje  habla de la realidad que viven nuestros vecinos, compañeros de trabajo, amigos e incluso nuestros propios familiares. Un año nuevo siempre brinda esperanza. Hagamos de este 2012 un año mejor para los inmigrantes alrededor del país, siendo solidarios con ellos. Oremos y trabajemos por el cambio.

Este año también es de elecciones, un año donde elegiremos al siguiente presidente de los Estados Unidos. Trabajemos juntos por el cambio. Te invito a que busques manera de contribuir en las diferentes iniciativas de inmigración este año, ya sea promoviendo el Dream Act, registrando personas para votar, participando en reuniones de inmigración o simplemente  defendiendo o apoyando esta causa.

Reflexionemos en la ansiedad y dolor que el fallido sistema de inmigración puede causar a nuestras familias y, resuelve trabajar por la justicia e igualdad para todos.

Todos somos hijos del mismo Dios y como tal merecemos ser tratados con dignidad, respeto y humanidad. Deseo que esta sea la realidad para miles de personas este año.


 

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