¿A quién adoramos?

Cuando respetamos y adoramos a Dios, ¿será lo suficiente y lo que nos manda la Santa Madre Iglesia?

Sabemos que debemos adorar a Dios. Los santos son la prueba de que podemos llegar al camino de perfección perseverando en la fe, pero en ocasiones entendemos mal y sustituimos la adoración que debe ser únicamente para Dios y adoramos ídolos.

Los ídolos que nos presenta esta vida pueden venir en forma de lectura de cartas, interpretación de los sueños, fortunas echadas ciertos días de la semana, horóscopos etc.

Estas adoraciones ofenden mucho a Dios y nos afectan a nosotros mismos. Tales acciones tientan a Dios porque nos creemos dioses queriendo saber el futuro o queriendo cambiar algo que va a ocurrir. Es lógico que si no estudio para un examen, reprobaré, y aún así me atrevo a ver si mi horóscopo dice que sí pasaré el examen. ¿Cómo pretendemos cambiar nuestro camino si no ponemos nada de nuestra parte? Dios nos da el libre albedrío así que nunca nos forzará a estudiar para el examen, pero tampoco pidamos el milagro de sacar buena nota.

Dios es tan bueno que aun así espera que confiemos en él y que lleguemos a Él pidiendo la lucidez para entender y retener lo que estudiemos pero necesitamos pedirlo y hacerlo. Dios solo no puede actuar: necesita que nosotros hagamos lo que nos toca. Jesús mismo nos lo dice: Pidan y se les dará, pero necesitamos pedir y no sentarnos a esperar que ocurra un milagro. Necesitamos actuar para que ese milagro se pueda llevar a cabo, poner de nuestra parte todo lo que podamos, y así Dios se manifestará y ocurrirá el milagro.

No necesitamos amuletos, ni lecturas de cartas ni de posos de café- Solamente necesitamos poner nuestra confianza en Dios y luchar por nuestra conversión diaria. Él irá actuando poco a poco en nosotros hasta lograr que seamos merecedores de entrar en su reino.