¿Cómo es tu personalidad?

Por el P. Domingo Rodríguez Zambrana, ST

La vida espiritual no ocurre en el vacío. Siempre depende de la atención que cada uno le brinde a su propio desarrollo humano. Por eso es urgente que miremos a nuestra propia crianza y madurez. La dimensión espiritual de una persona crece o se estanca, según nuestro propio auto concepto. Uno de los aspectos más descuidados es el del carácter y temperamento. Veamos algunos detalles.

Temperamentos. Nos damos cuenta de que el temperamento no es un concepto muy familiar o conocido. No es tan común como hablar de manera descriptiva sobre cómo es una persona. Y sin embargo, eso es precisamente lo que es un temperamento. Se define como “el estado psicológico de una persona que condiciona sus reacciones físicas y psicológicas”. Tiene que ve con el carácter, la personalidad, la modalidad de su afecto y pensamiento. En las ciencias sociales el estudio de la conducta humana se basa en el análisis de personalidad, propiamente hablando, el temperamento.

Tradicionalmente, el análisis de temperamentos consistía en clasificar a las personas en cuatro categorías:

Colérica. Exigente, autoritario organizado, dominante, rígido. Alguien que se hace con el control de la situación. No colabora mucho, no cede a las alternativas de los demás, es el propietario de la opinión, piensa que tiene razón siempre, es argumentativo, agresivo, y normalmente arrogante.

Sanguino. El tipo opuesto al colérico. Buen humor, alegre, afable, bueno, flexible, no tan organizado, es una persona a quien le gusta estar con los demás, no se enoja fácilmente, es sociable, no confronta, evita el conflicto, es complaciente, coloca la armonía por encima de todo lo demás y tiene una personalidad agradable.

Melancólico. El eterno sentimental, romántico, hipersensible, fácilmente herido. Piensan con su corazón, son fieles a los amigos y de fiar. Se entregan con extrema generosidad y se dan a servir a los demás. Son dramáticos, lentos a reaccionar; después de los hechos reflexionan sobre lo que deberían haber hecho; no son agresivos, tienden a la cobardía y el temor, se consuelan con sus propias virtudes.

Flemáticos. El despistado tradicional que vive en su propio mundo, sin malicia, sin pasión, sin energía. Nunca tiene prisa, es capaz de una tolerancia ilimitada, creativo, amistoso, no ven el problema, son perceptivos, normalmente estudiosos y brillantes.

Ninguno de estos tipos existe por sí mismo. Todos nosotros somos una combinación de los cuatro prototipos, con uno de ellos más prominente o visible. La personalidad se forja a través de todas las experiencias de crecimiento. Los temperamentos tienden a comprender las razones para los sentimientos, actitudes, posturas y comportamientos en una relación humana adulta.

El eneagrama. Como toda ciencia, la psicología ha avanzado y ha descubierto otros métodos de análisis personal. El eneagrama es un sistema de análisis que describe nueva tipos básicos de personalidad. El término eneagrama se deriva de la palabra griega enneas, que significa nueve. Estos nueve tipos de personalidad están formados por grupos de personas que tienen rasgos comunes. Tienen una forma particular, distinta de los otros 8 grupos, basada en su percepción del mundo, de sí mismos, y de cómo se enfrentan a la vida diaria.

Los nueve tipos son los siguientes:

Tipo 1: El perfeccionista. Es el reformador, el visionario, el emprendedor. Es muy racional y disciplinado, sabe lo que quiere, buscar estar siempre en control, es el jefe.

Tipo 2. El sentimental. Es el colaborador, siempre tiende a ayudar, necesita ser necesitado, se entrega, planifica, es generoso, cuida de los demás, es demostrativo, se relaciona bien, es posesivo, complaciente y de fiar.

Tipo 3. El eficiente. Busca el status. Es organizador, productor, motivador, práctico, impulsivo. Busca el éxito, sobresale, se adapta fácilmente, es consciente de su aspecto exterior.

Tipo 4. El artista. El árbitro de la elegancia, individualista, autor, creador, romántico, conocedor, especial, sensible, dramático, temperamental, absorto en sí mismo, distanciado de los demás.

Tipo 5. El fiel. Quien resuelve, es colaborador, un héroe. Duda, se compromete, es responsable, suspicaz, busca la seguridad, nervioso, confiable.

Tipo 7. El entusiasta. Visionario, animador, planificador, optimista, generalista, divertido, espontáneo, versátil, de buen humor.

Tipo 8. El líder, jefe, mediador, quien desafía, busca el poder, dominante, decisivo, seguro, confrontacional.

Tipo 9. Pacificador, mediador, conciliador, bueno, complaciente, receptivo, lleno de bondad y comprensión.

Conclusión. El objetivo del eneagrama no es sólo ayudarnos a identificar el grupo al que pertenecemos sino también, a través de él, a aprender a trabajar con y a través de nuestras debilidades y limitaciones en búsqueda de una mejora personal real. Entonces podremos apreciar este instrumento de autoconocimiento. Entonces la vida espiritual brotará más eficazmente. Y muchas desviaciones que se ven a menudo en la experiencia religiosa (mucha piedad y poca práctica real) se podrán superar.

 
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