Aprecio de las Mediaciones

*192. <<¡Oh, cuánto me han servido a mí la instrucción del Catecismo y los consejos y avisos de mis padres y maestros…!>>(Aut 26).

 

Uno tiene la sensación, sobre todo alrededor de la adolescencia, de que la historia y el mundo han nacido con uno. Nos parece que hay un antes y un después de que nosotros somos conscientes, sabemos podemos… La realidad, a su tiempo, suele encargarse de despertarnos de ese sueño infantil. También solemos decir que nadie escarmienta en cabeza ajena ¿verdad? Y parece que tenemos que hacer tal y cual experiencia para saber a ciencia cierta de qué se trata. Nos las podemos dar de adelantados y avezados cuando no escuchamos ni nos aprovechamos de las lecciones que otros han realizado en la vida.

Y es verdad que cada uno, en última instancia (y con la presencia y compañía de otros), tiene que ir abriéndose paso, haciendo su camino, buscando su lugar…, pero la sabiduría de las grandes  tradiciones populares y religiosas, también entre ellas la de la Biblia, nos recuerda la conveniencia y oportunidad de prestar atención al aviso, al consejo, a la enseñanza e instrucción de aquellos que ya hicieron una cierta andadura vital y realizaron un determinado aprendizaje en el arte de la vida. Y todo ello también porque lo normal es que no sepamos, que dudemos…

En realidad para conocer hay que querer conocer. Para entender, hay que querer entender. Pídele al Señor, pues querer conocer y entender, es decir, pídele inteligencia y sabiduría, para querer escuchar y entender qué hacer, cuándo, cómo, con quién…, para conocer y amar la verdad, también para vivir en verdad. También para reconocer y agradecer todo aquello y a todos aquellos que te han enseñado a ser lo que eres y a vivir en verdad. También para reconocer y agradecer todo aquello y a todos aquellos que te han enseñado a ser lo que eres y a vivir el noble arte de la vida. En medio de tantas y tan diferentes voces, quizá no pocas de ellas oportunamente orquestadas con dosis de notoriedad, publicidad y ruido, que te llegan de un sitio y de otro, y que quieren influir y determinar tu modo de ser y de hacer, tienes que aprender a discriminar, discernir, elegir… ¿Te dejas aconsejar, asesorar…? ¿Quién te aconseja y asesora?

Imagen cortesía de Master isolated images/FreeDigitalPhotos.net

 

 
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