Nació en el siglo III en Egipto y fue heredero de una gran fortuna a la muerte de sus padres. Pero oyó la llamada a “venderlo todo y entregárselo a los pobres” y la siguió sin dudar. Se hizo ermitaño y más tarde construyó un monasterio para ayudar a otros. Muchos acudieron a Antonio buscando consejo.
¿Qué cosas no podrías dejar o “vender”? ¿Cómo escuchas esa llamada hoy en tu vida?
Cristina, una joven italiana del siglo XVI, quería dedicarse a la oración totalmente, pero cuando ella y las hermanas de su convento vieron las necesidades a su alrededor, se dedicaron a atender a los pobres y enfermos. Cristina también tenía visiones y en ocasiones veía el futuro. Dios la usó para obrar milagros para ayudar a los demás.
¿Eres capaz de cambiar tus planes para atender a las necesidades de los demás?
Canuto fue rey de Dinamarca en el siglo XI. Era un gran atleta, jinete y general. Como rey, había ofrecido su reino al rey de reyes, Jesús. Fue amable con su pueblo y generoso con los pobres. Elaboró leyes favorables a la iglesia y por eso se creó enemigos que al final lo mataron cuando estaba en la iglesia rezando.
¿Cuáles consideras tus mejores talentos? ¿Cómo los utilizas para el bien de los demás?
Estos dos santos del siglo III tenían profesiones muy distintas, pero los unió su defensa de la fe y su entrega de sus vidas por su fe en el mismo día. Fabián era un laico que había sido elegido papa, a pesar de no ser sacerdote. Sebastián era un capitán romano que se negó a renunciar a su fe cristiana, e incluso se acercó al emperador Diocleciano a pedirle que dejara de perseguir a los cristianos. Fue martirizado inmediatamente.
¿Cómo puedes vivir tu fe desde tu profesión o situación en la vida?